jueves, 30 de marzo de 2017

La Evaluación de los Aprendizajes y las Nuevas Tendencias

La evaluación constituye un elemento de vital correspondencia en la educación, por ende en la concepción particular de la evaluación se puede establecer como instrumento para medir las competencias adquiridas por los estudiantes a los cuales como docentes brindamos conocimientos, anécdotas y lecciones lo cual también  permite determinar la actuación como docente. Por ello la evaluación constituye uno de los pilares más importantes del actuar  como docente.  La evaluación ideal para la escuela que deseamos podría determinar elementos integrales de los estudiantes, pues se centraría en el logro de competencias,  adquisición de habilidades necesarias para su desarrollo social. Por otra parte la situación y la realidad estudiantil tendría otra visión pues se aspiraría a niños y jóvenes con mayor interés en el aprendizaje. 
Así mismo se puede decir que actualmente   la evaluación debería ser  la estructura del aprendizaje pues mediante este se logra reconocer las individualidades de cada estudiante, para así afianzar su conocimiento. En referencia debería  existir una balanza entre las evaluaciones Sumativas y formativas favoreciendo la superación y el mejoramiento del aprendizaje.
Entonces, ¿Qué es evaluación por Competencias?
Es un término propio del mundo laboral, que se ha sumergido en la educación desde la década de los 90; asumiendo diversas denominaciones: Formación por competencias, propuestas educativas por competencias, planes de estudio basado por competencias, todo en miras a transformarse como una formación alternativa de formación académica. Según lo expresado por Cabrerizo, Rubio y Castillo (2008); citado por Manríquez Pantoja, L (2012) la evaluación por competencias puede ser definida así:
Son las capacidades que todo ser humano necesita para resolver, de manera eficaz y autónoma, las situaciones de la vida. Se fundamentan en un saber profundo, no sólo saber qué y saber cómo, sino saber ser persona en un mundo complejo, cambiante y competitivo.

De igual modo; según lo expuesto por MINEDUC (2009) citado por Manríquez Pantoja, L (2012) se deduce que:
  Las competencias se expresan en la acción y suponen la movilización de conocimientos, habilidades y actitudes que la persona ha aprendido en contextos educativos formales e informales. Con la finalidad de promover que alumnos y alumnas desarrollen competencias, el currículum incorpora los conocimientos de las distintas disciplinas que son fundamentales para comprender la realidad, las habilidades cognitivas y procedimientos que posibilitan integrar y movilizar recursos, y las actitudes personales y éticas que orientan una acción responsable consigo mismo y los demás.
En este sentido cabe resaltar que Manríquez Pantoja, L (2012) expresa que uno de los problemas que plantea la evaluación de competencias es que ellas necesariamente son el producto de un proceso secuenciado; la evaluación debería propender a la constatación del dominio de una competencia, lo que difícilmente puede ser determinada a través de un sólo método. El autor hace referencia a la pirámide de Miller, modelo planteado para evaluar competencias aplicadas en la década de los 90 donde se muestra la forma de evaluar  según los alcances y las competencias logradas.



  En referencia con el autor se puede decir que la evaluación por competencias puede ser vista desde la capacidad que posee cada individuo para resolver situaciones de forma tranquila y eficaz. De igual modo puede ser vista como un conjunto de aptitudes que cada individuo demuestra en su participación constante dentro del aprendizaje.
Según lo expuesto por Valverde, J. Revuelta, F y Fernández (2012) se identifican y describen criterios necesarios en la evaluación por competencias tales como:
·  La autenticidad: Las actividades de evaluación exigen que los estudiantes demuestren el mismo tipo de competencias que necesitarán aplicar en su vida profesional. Una evaluación «auténtica» requiere que integren conocimientos, habilidades y actitudes del mismo modo en que lo hacen los profesionales de la educación.
·  La Complejidad Cognitiva: Los procesos de pensamiento y la acción que se evalúan en las tareas deberían reflejar la presencia y el grado de habilidades cognitivas exigidas. La evaluación debe considerar el grado en el que las actividades de aprendizaje incorporan los procesos y estrategias que forman parte del indicador que va a ser valorado. Se deben tener en cuenta los conocimientos previos y las estrategias implicadas en la resolución de la tarea.
·  La Imparcialidad: Todos los alumnos han de tener la oportunidad de demostrar sus competencias con su potencial a pleno. La evaluación por competencias no debe introducir tareas que no se ajusten al nivel educativo de los estudiantes o incluir aspectos culturales que no les sean familiares. Las pruebas de evaluación deben recoger evidencias de todos los indicadores establecidos para medir el grado de adquisición de las competencias.
·  La significatividad: La evaluación debería permitir a los estudiantes implicarse en problemas significativos que proporcionen experiencias educativas de interés profesional.
·  La Interpretación Directa: Los evaluadores deben ser capaces de interpretar con claridad los resultados de la evaluación.
·  La Transparencia: La evaluación por competencias debe ser clara y comprensible para profesores y estudiantes. Deben conocer lo que se espera de ellos (resultados de aprendizaje), estar aptos para prepararse para las pruebas de evaluación y acomodar adecuadamente su proceso de aprendizaje a tal fin.
·  Consecuencias educativas: Este criterio de calidad está relacionado con los efectos positivos y negativos, esperados e inesperados, que la evaluación por competencias tiene sobre el aprendizaje y la enseñanza. La evaluación es una parte del proceso de aprendizaje y no solo una medida tomada al final de dicho proceso.
·  Reproducibilidad de las decisiones: Las decisiones tomadas en base al plan de evaluación deben ser válidas y fiables, con independencia de los evaluadores y las situaciones específicas. Esta reproducibilidad puede obtenerse combinando diferentes fuentes de información (evaluadores, tareas y situaciones) para obtener un  cuadro más completo y preciso de las competencias del estudiante.
·  La homogeneidad: La evaluación por competencias debe ser aplicada de forma consistente y responsable.
·  Los costes y la eficacia: La evaluación por competencias no solo está determinada por factores educativos; también intervienen otros de carácter económico, administrativo e institucional.
 Se puede deducir que para el autor las competencias son un grupo de conocimientos que permiten que el individuo se desarrolle con amplias capacidades en la sociedad, a fin de resolver sin dificultad las diversas problemáticas que se le presenten en el cumplimiento de un rol determinado; de igual modo se asumen criterios de gran importancia pues debido a su influencia en el desarrollo del crecimiento y la adquisición de conocimientos del individuo, se hace necesario la revisión de cada elemento a fin de coalinearse con el estudiantado.
Así mismo Camperos, M (2008) propone que:
Las competencias para la evaluación como para su atención didáctica deberían estar en los programas o módulos del plan de estudios; los docentes deben conocer el perfil del profesional que explicita las competencias. Esto es esencial para efectos de evaluación, porque la característica indispensable de toda evaluación es su validez, que atañe a la capacidad de ese proceso de valorar exactamente lo que se propone. La misma exige que al evaluar se cumpla, por lo menos con estas tres pautas: 1.- Coherencia entre la naturaleza y complejidad de lo deseado como aprendizaje y lo que se evalúa; 2.- Coherencia entre las condiciones en que ocurrió el aprendizaje y cómo se evalúa; y 3.- Coherencia entre los contextos a que se refiere lo aprendido y las situaciones propuestas en la evaluación.
  Es relevante lo que comparte el autor pues por medio del docente el estudiante logra adquirir capacidades y en el proceso de evaluación deben existir elementos particulares para que este proceso se de  forma correcta. Este se puede entender como la conjugación de conocimientos, aptitudes y actitudes desarrolladas a través de la experiencia, y por esto se hace un modelo vanguardista.

  
Es preciso entonces analizar si las competencias y los objetivos significan lo mismo en el proceso de evaluación. Por ello se referencia  lo explicado por Jiménez, A (1996); pues desde que Ralp Tyler desarrolló en los años 40 el primer método sistemático de evaluación, la finalidad del proceso de evaluación es determinar la congruencia entre los objetivos buscados por los programas y los resultados obtenidos. La cuestión fundamental es desde esta perspectiva, determinar cuáles son los efectos atribuibles a una política o programa, y en qué medida esos efectos suponen la realización  de los fines u objetos que la política o programa pretendía alcanzar.
  La primera función del evaluador consiste, para esta orientación en ayudar a los actores del programa a alcanzar un nivel razonable de consenso en torno a los objetivos del programa (lo que es particularmente importante, si se tiene en cuenta que en general, los objetivos de las políticas y programas acostumbran a ser excesivamente operativa, específica y concreta e inequívoca de los objetos que se pretenden alcanzar) y en desarrollar  indicadores operacionales a partir de cuales medir y evaluar.
  Se puede decir que por medio del modelo de Ralp Tyler, se considera necesario que el docente tenga una armonía entre  los programas planteados y los resultados obtenidos; de igual modo se pretende que por medio de esta evaluación se emitan indicadores que permitan evaluar al estudiante de forma precisa.

Referencias:
  • Camperos, M (2008). La evaluación por competencias, mitos, peligros y desafíos. Educere. Foro Universitario [Revista en línea] 43.   [Consulta: 2017, Marzo 28] 
  • Jiménez, A (1996) Evaluación de Programas Sociales. [ Libro en línea] Ediciones Díaz de Santos, S.A.[Consulta: 2017, Marzo 29]
  • Manríquez Pantoja, L (2012) ¿Evaluación en Competencias? Revisiones Estudios Pedagógicos, Universidad de Antofagasta [Revista en línea] 1 [Consulta: 2017, Marzo 27]
  • Valverde, J; Revuelta, F y Fernández, M (2012) Modelos de Evaluación por Competencias a través de un Sistema de Gestión de Aprendizaje. Revista Interamericana de Educación. [Revista en línea] 60.  [Consulta :2017, Marzo 29]


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LA EVALUACIÓN CURRICULAR Y EL DOCENTE